K.....
El mar era todo lo que conocía
Ni siquiera podía decir que conociera el océano en toda su majestuosidad y omnipotencia, conocía las aguas tibias donde los arrecifes decoran el lecho marino, las anémonas que jugueteaban con las corrientes envolventes que traían sabor a algas viejas y arenas nuevas. Conocía los colores intensos, el brillo del agua, la luz del Sol, la noche entre las mareas, los seres que agitándose crean futuros ciclones y las rocas ígneas.
Había vivido entre ellos desde que recordaba. Eso incluía a las nereidas.
La primera vez que vio la Danza de las Corrientes Verdes, se extasió de lo gráciles que podían llegar a ser, de cómo las delicadas escamas ovaladas reflejaban la iluminación del astro rey, mostrando tonos inimaginables para los que solo han vivido fuera…
¿Pero cómo era afuera? Sabía que ella venía de allí. El día que platicó con la Madre Perla, ella había comentado algo sobre sus ¿piernas? Todo empezó porque preguntó de qué color serían su piel al crecer, pues soñaba con estar en alguna de las Danzas algún día. Madre Perla dijo que si pedía mucho a Los Profundos, tal vez ellos se llevaran sus piernas y le darían aletas, piel tersa y escamas adiamantadas.
Ella se fue triste, nunca pensó que sería diferente para siempre. Pero sólo los que vivían fuera del mar tenían ese par de apéndices simples y sin color. Entonces, quiso ver más. Miró hacia donde debía estar el exterior, hacia arriba, donde las corrientes dan luz a las olas que usan los delfines por diversión. Ella nunca ha salido y de repente la curiosidad es fuerte, se impulsa, se aleja del suelo seguro, sigue subiendo preguntándose cómo será la sensación de estar…..
¡Kaiare!
El brazo fuerte y el único otro par de piernas que conoce la alejan de su ilusión. Su padre hace caso omiso a sus ojos, las lágrimas no se ven bajo las olas. Vuelve a sentir arena bajo sus ¿pies?. Interroga al hombre fuerte con la mirada, él suspira y acepta hablar….
Ni siquiera podía decir que conociera el océano en toda su majestuosidad y omnipotencia, conocía las aguas tibias donde los arrecifes decoran el lecho marino, las anémonas que jugueteaban con las corrientes envolventes que traían sabor a algas viejas y arenas nuevas. Conocía los colores intensos, el brillo del agua, la luz del Sol, la noche entre las mareas, los seres que agitándose crean futuros ciclones y las rocas ígneas.
Había vivido entre ellos desde que recordaba. Eso incluía a las nereidas.
La primera vez que vio la Danza de las Corrientes Verdes, se extasió de lo gráciles que podían llegar a ser, de cómo las delicadas escamas ovaladas reflejaban la iluminación del astro rey, mostrando tonos inimaginables para los que solo han vivido fuera…
¿Pero cómo era afuera? Sabía que ella venía de allí. El día que platicó con la Madre Perla, ella había comentado algo sobre sus ¿piernas? Todo empezó porque preguntó de qué color serían su piel al crecer, pues soñaba con estar en alguna de las Danzas algún día. Madre Perla dijo que si pedía mucho a Los Profundos, tal vez ellos se llevaran sus piernas y le darían aletas, piel tersa y escamas adiamantadas.
Ella se fue triste, nunca pensó que sería diferente para siempre. Pero sólo los que vivían fuera del mar tenían ese par de apéndices simples y sin color. Entonces, quiso ver más. Miró hacia donde debía estar el exterior, hacia arriba, donde las corrientes dan luz a las olas que usan los delfines por diversión. Ella nunca ha salido y de repente la curiosidad es fuerte, se impulsa, se aleja del suelo seguro, sigue subiendo preguntándose cómo será la sensación de estar…..
¡Kaiare!
El brazo fuerte y el único otro par de piernas que conoce la alejan de su ilusión. Su padre hace caso omiso a sus ojos, las lágrimas no se ven bajo las olas. Vuelve a sentir arena bajo sus ¿pies?. Interroga al hombre fuerte con la mirada, él suspira y acepta hablar….
posted by Darlan @ 23:05
2 Comments:
At 8:59 AM, September 08, 2005,
Anonymous said…
Pequeña creatura... Nunca sabes con que clase de seres te puedes encontrar en este maravilloso mundo. Seres que vuelan y se tropiesan con tus historias. Seres que respiran palabras y viven de ellas. Seres que las alimentan y las cuidan como si fueran sus hijas.
Suerte con tus piernas y con tus metas. El exterior te puede dar sorpresas que jamás imaginaste, o más bien, que estas imaginando. Pero ten cuidado, nunca sabes que tan lejos puede volar la imaginación.
Yo, persigo a la mí, escapó hace tiempo y sin previo aviso, y todavía no doy con ella.
Ealan vaiwa, ealan lume
Alion
At 10:31 PM, September 08, 2005,
Der Fenrir said…
El “3”, considerado por la mayoría de las religiones, como el numero de la divinidad, y por otras creencias como el numero del balance. Por aire, por tierra, y ahora por mar. Tres diferentes medios de traslado, tres formas de vivir, tres maneras de existir.
Los sueños, los sentimientos, y la visión, juntos y a la ves independientes, dentro de un mismo circulo. Tres entidades, distintas y soberanas, pero con algo que las une, algo que las relaciona.
Saludo honorablemente a los vientos... intensos, siempre cambiantes e impredecibles, como un niño. Saludo cariñosamente a la mar... hermosa y peligrosa, pero indudablemente inquebrantable. Saludo devotamente a la tierra, a los bosques, y a las selvas, mi morada.
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