Mareas Azules

El tiempo casi llega... Los deseos son cada vez mas fuertes... El destino espera...

Monday, October 31, 2005

De como la Luna llegó a iluminar la noche.... (Cont. 2)


Los años pasaron, no muchos por supuesto. Luna cada vez irradiaba su frío fulgor con mayor fuerza, mas nunca hizo ademán de hacer uso de él. Se dedicaba a cuidar sus jazmines en su castillo de alabastro, mientras el pequeño conejo la seguía fielmente.


En algún momento, su belleza había sobrepasado ilimitadamente a la de su hermana, quien cada vez más se ocultaba en sus aposentos, llorando por seguir siendo incapaz de concebir y porque cada vez Sol estaba menos tiempo con ella.

A la nívea joven seguía gustándole poner a caminar el conejo sobre el mar, creando las mareas irregulares de siempre. Sus manos, como palomas blancas, acariciaban las orejas de su pequeño amiguito, mientras pensaba en lo que habría de suceder esa noche.

Antes de irse, Sol la había abordado en los jardines, alegando que Aurora no servía como esposa, que él la deseaba y sabía que podría ser la madre de sus hijos. Además de sentirse asqueada, la furia de Luna fue incomparable. De repente todo a su alrededor se heló, se volvió cristal puro, el viento llevó la escarcha a todas partes del palacio, y con voz serena y terrible, contestó que jamás podría traicionarse a si misma y a su hermana por semejante bárbaro insensible. Sus ojos se volvieron acerinos y sus pupilas abismales, haciendo que las rosas cercanas se volvieran negras, las orquídeas se llenaran de veneno y el tono verde de todas las plantas se opacara. Sólo los jazmines mantuvieron su lozanía, acentuando su fragancia.

El temor no fue suficiente para vencer al orgullo por lo que Sol espetó –Has de ser mía tarde o temprano, pues no hay otro digno de ti. Y si para esta noche no estás en mi lecho, Aurora tendrá las consecuencias- Ardiendo a temperaturas insospechadas dio media vuelta hacia su carruaje, mientras un diamante corría por la mejilla de la dama.

Ahora se acercaba la noche, él pronto regresaría y le daría rienda suelta a su lujuria o a su ira.

Ella pertenecía al cielo, y mientras trataba de controlar el nudo en su garganta, se preguntó hacia dónde puede mirar un inmortal cuando requiere de consuelo.
En estas divagaciones se iba su tiempo pero la sensación de no estar sola hizo que mirara sobre su hombro.

Aurora, demacrada, el cabello despeinado y envuelta en una capa tornasol, tenía una sonrisa en el rostro. –Sabía que no ibas a traicionarme, pero él tiene razón- Sus ojos de repente se volvieron cascadas –No soy digna de ser Reina junto a él-

Luna, interiormente desolada, no hizo ni un gesto. Se levantó y fue a su recámara, toda de plata, concha, plumas y seda. El fulgor albeante de la habitación era tal que apenas si distinguía la delicada piel del conejo, que fielmente seguía a su ama sin molestarle. Ella de repente volteó hacia su pequeño compañero, lo levantó en brazos y se soltó a llorar.

-Incluso Aurora quiere que me entregue a ese salvaje, hace eras enteras que perdí a mis padres y no tengo a quien asirme. Si me resisto es capaz de ultrajarme, pero mi alma se resquebraja de sólo pensar en darle mi virtud a las llamas…-

El conejo, como si entendiera, hurgó con la nariz el rostro de la joven en señal de cariño. Ella pudo reír entre sollozos, pensando que por lo menos él la entendía.
Suspirando con la mayor resignación, lo soltó y buscó entre sus ropas un hermoso vestido, confeccionado con filigrana de platino, la enmarcaba como una emperatriz o una diosa. Con una diadema sobre su frente, pulseras con diamantes engarzados y el cabello a media coleta, era la imagen de la perfección, sin contar, claro está, la profunda tristeza que surcaba su rostro.

Se disponía a sacrificarse en los aposentos dorados cuando una voz tierna y una mano firme la detuvieron…

2 Comments:

  • At 5:57 PM, November 01, 2005, Blogger Der Fenrir said…

    Ahora, luna en todo su esplendor de belleza, ha sido irresistible para el viejo sol. Ella, teniendo un gran valor, y su propias razones, ha decido no entregarse a la lujuria del astro rey. ¿Quién ha sido aquella voz y mano que la ha detenido?

    No creo q sea el conejo.... o si? Ja ja ja.

    Ah... y también desearia que expliques por que los lobos le aúllan a la hermosa luna. (Bueno, bien se, pero quiero ver como lo explicas literariamente)

     
  • At 8:47 AM, November 07, 2005, Anonymous Anonymous said…

      Ejem... No creo que repentinamente me hayas incluido en esa historia... Por lo tanto devo eliminar mi nombre de la lista de posibles caballeros a salvar a Luna...

      Me gusta, seguiré leyendo.

    Ealan vaiwa, ealan lume
                Alion

     

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