Mareas Azules

El tiempo casi llega... Los deseos son cada vez mas fuertes... El destino espera...

Sunday, March 26, 2006

Y la Luna iluminó la Noche.

Venus y Marte acabaron de recoger los cristales, mientras Sol y Aurora acariciaban las ropas que antes cubrieran a su hija.

Luna había acabado ya de reacomodar su vestidura. La ira que le embargara había sido ahogada por el dolor de su hermana. Recordando la desaparición de sus propios padres, pensó en si les habría ocurrido algo similar. La sola idea de ver desvanecerse a uno de sus hijos de esa manera le provocó un horrendo escalofrío. Incluso sentía pena por su atacante, quien se veía consumido y hasta menos brillante.

Joenoc tranquilamente hizo una caricia a su esposa y se acercó a los desconsolados padres, que seguían hundiéndose en la desolación. Tomó la mano de Aurora y la juntó a la de Sol, mientras los gemelos se acercaban lentamente hacia Luna.

-Han sufrido lo único que creyeron que no podían sentir como inmortales, todo por la falta de unión entre ustedes, su misma lejanía hizo a la niña, pues crear vida entre dioses que se repelen es casi imposible. Por ello su fulgor era tan escaso, por eso no toleró semejante desencanto.-

Sintiéndose culpable, Aurora volvió a estallar en llanto mientras Sol instintivamente la abrazaba. Lloraron durante tanto tiempo que en esos días el mundo enloqueció en una noche eterna y nacieron criaturas tolerantes sólo a la oscuridad. A falta de calor en la tierra, seres fríos empezaron a surcar los bosques y los desiertos, las montañas y las selvas.

Parecía que este cambio no tendría fin, hasta que los gemelos, que eran el único brillo nocturno aparte de Luna, tomaron las lágrimas de Estrella y las fueron colocando en el cielo. Primero las colocaron sin orden, pero su imaginación pronto hizo que siguieran complicadas figuras, creando constelaciones. Algunas eran tan pequeñas que Marte decidió lanzarlas lejos, volviéndolas cometas. Venus coloreó otras con su aliento, sus propias lágrimas y caricia, dándoles tonalidades diferentes.

Unas eran irregulares, así que las pulieron para formar esferas y óvalos. El polvo lo soplaron por el universo, quedando en hermosas nebulosas.

Pronto, la vista de los cristales era tan hermosa e impresionante como los mismos Astros. Los gemelos contenían su propio fulgor, de manera que no opacaran su propio tributo a la damita.

Sol y Aurora, al darse cuenta de la ausencia de los cristales casi acaban de enloquecer, pero Luna y Joenoc los llevaron a admirar el fulgor que tenían las piezas juntas, sobre la profundidad de la noche. Era como si cada brillante punto les hablara de su hija, de que estaba bien y los amaba a pesar de todo.

Aliviados, los Astros Diurnos desde entonces cuidan las luces que llamaron estrellas. Durante el día su luz las resguarda, en la noche, desde el palacio de alabastro dirigen su mirada hacia ellas, sintiendo la presencia de Estrella.

Luna y Joenoc han vuelto al castillo negro, a volver a disfrutar de eras juntos, sin perturbar otra vez los aposentos del Día. Los gemelos siguen paseando por el mundo, pero algo ha cambiado en ellos. Venus ahora se dedica a volver fuertes a los corazones, unirlos para crear vida en ambientes de amor. Marte en cambio, ahora es más duro y busca alguna manera de sacar el coraje que le dejó la pérdida de su prima y el intento de ultraje a su madre, buscando excusas para hacer nacer el deseo de guerra en las almas que toca.
A pesar de ser hermanos, muchas veces los intereses de estos dioses chocan provocando toda una gama de sentimientos en los que se encuentran cerca de ellos.

Pero a pesar del cambio y del tiempo, la dama de plata sigue gustando de jugar con el mar, sigue jugando con los animales en el mundo y sigue derramando su luz blanca. Ha tomado un ritmo, para poder adaptarse al mundo después de la era sin Sol. Una noche al mes permite a las criaturas frías que vaguen por el mundo, poco a poco aumenta su luz, un poco cada día, hasta llegar a su esplendor completo. Pero hay criaturas nocturnas que no soportan ese brillar y hay otras que lo adoran y le cantan con alegría.

Ella simplemente permite a todos vivir, pues Joenoc acepta a cualquiera bajo su mundo, sea su corazón blanco, gris o negro. Por ello tantas criaturas huyeron del día y se refugiaron bajo la oscura capa de Joenoc, adorando a Luna y exaltándola como el ser primicio que es.

Y así se hará hasta que los eones pasen y los Astros vuelvan a encontrarse. Entonces el mundo cambiará de nuevo, no para bien ni para mal, simplemente cambiará.

3 Comments:

  • At 4:04 PM, March 28, 2006, Anonymous Anonymous said…

    maravilloso, no hay mas palabras....

     
  • At 1:03 AM, March 30, 2006, Blogger Der Fenrir said…

    Los seres queridos y amistades que nos han dejado, dejan un gran vació a su paso, el cual difícilmente se puede llenar con algo más. Quedara un recuerdo de ellos en las mentes y corazones de quienes los quisieron, pero nunca será lo mismo que tenerlos al lado de nuevo.

    Buena historia con relación a los astros, y decente descripción de Luna (no te digo q buena por que esta muy carbón plasmar a tan misterioso y hermoso ente). Y estoy deacuerdo contigo, que a Luna le gusta jugar con los animales, solo que yo le agregaría que también con algunos entes ;)

     
  • At 8:35 PM, July 29, 2006, Anonymous Anonymous said…

    FOME FOME FOME

     

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